lunes, 5 de junio de 2017

Como el café de la mañana


Al igual que al café de la mañana me he acostumbrado a llevarte en la mirada  sumarte en mi horizonte,   dormir  a tu  sombra bajo mi sabanas.
Ya no sé si es amor o tradición que nos ajusta, como el caminar un paso tras el otro o  no  se llega a ningún lugar.
Cuantas preguntas se formulan en el silencio del café antes que despiertes ya he viajado en mi mente a parajes que nunca he visto, ciudades que aún no saben que existo.
La conformidad de quien observa en la ventana  suspira toma un sorbo más y se resigna brevemente  a su realidad.
Donde quedo todo aquel romance, idealismos que hace unos meses bordaban pétalos en la tela de nuestra historia.

No puedo creer que esto es todo, que allí termina la aventura   que tus ojos solían pintar, en el marco triste de lo cotidiano, donde se vuelve común otro despertar.


HB.

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